La Siberia de Villa Urquiza: cuando el cemento avanza y el barrio retrocede

Vecinos de Villa Urquiza denuncian que la construcción de torres está destruyendo la identidad del barrio. Reclaman por la falta de servicios y la especulación.

<p>En una ciudad en constante transformaci&oacute;n como&nbsp;<strong>Buenos Aires</strong>, la&nbsp;<strong>identidad barrial</strong>&nbsp;se ve muchas veces amenazada por la presi&oacute;n del negocio inmobiliario. Uno de los casos m&aacute;s paradigm&aacute;ticos se vive hoy en la zona conocida como "<strong>La Siberia</strong>" de&nbsp;<strong>Villa Urquiza</strong>, delimitada por las v&iacute;as del ferrocarril Mitre, la Avenida Triunvirato y la Avenida de los Incas.</p>
<p>All&iacute;, donde hist&oacute;ricamente predominaban las&nbsp;<strong>casas bajas</strong>, las&nbsp;<strong>veredas arboladas</strong>&nbsp;y un ritmo tranquilo, comenzaron a alzarse&nbsp;<strong>torres de hasta 10 pisos</strong>&nbsp;que alteraron por completo el paisaje y la vida cotidiana de los vecinos. En los &uacute;ltimos cinco a&ntilde;os, la&nbsp;<strong>metamorfosis urbana</strong>&nbsp;fue acelerada y, seg&uacute;n denuncian desde organizaciones vecinales, carente de planificaci&oacute;n.</p>
<p>Uno de los ejemplos m&aacute;s recientes es el proyecto de demolici&oacute;n en la calle&nbsp;<strong>Quesada al 5700</strong>, donde se prev&eacute; levantar un edificio de&nbsp;<strong>siete pisos</strong>. &ldquo;Es un desprop&oacute;sito. En esta cuadra viv&iacute;amos como en un pasaje, ahora estamos rodeados de&nbsp;<strong>sombra</strong>&nbsp;y&nbsp;<strong>camiones hormigoneros</strong>&rdquo;, afirma&nbsp;<strong>Marta</strong>, vecina de&nbsp;<strong>Altolaguirre</strong>&nbsp;desde hace m&aacute;s de 30 a&ntilde;os.</p>
<p>De acuerdo con datos del&nbsp;<strong>Observatorio del Derecho a la Ciudad</strong>, entre 2020 y 2024 se autorizaron m&aacute;s de&nbsp;<strong>160 permisos de obra nueva</strong>&nbsp;en Villa Urquiza. Al menos&nbsp;<strong>40</strong>&nbsp;de esos proyectos corresponden a construcciones en altura dentro del per&iacute;metro de &ldquo;La Siberia&rdquo;. Muchas de estas edificaciones exceden las restricciones previas y se apoyan en el nuevo&nbsp;<strong>C&oacute;digo Urban&iacute;stico</strong>&nbsp;aprobado en 2018, que flexibiliz&oacute; los l&iacute;mites de altura permitidos.</p>
<h3><strong>Un barrio en tensi&oacute;n</strong></h3>
<p>Los efectos de esta&nbsp;<strong>densificaci&oacute;n</strong>&nbsp;no tardaron en hacerse sentir. Durante los meses de verano, se registran ca&iacute;das frecuentes en la&nbsp;<strong>presi&oacute;n de agua</strong>, mientras que las lluvias intensas provocan&nbsp;<strong>desbordes en la red cloacal</strong>. Al mismo tiempo, crece la demanda sobre los&nbsp;<strong>servicios p&uacute;blicos</strong>&nbsp;como salud, transporte y educaci&oacute;n, que no fueron ampliados para acompa&ntilde;ar el incremento poblacional.</p>
<p>Adem&aacute;s, los vecinos advierten sobre el&nbsp;<strong>deterioro de la calidad ambiental</strong>. La p&eacute;rdida de luz natural, el aumento del ruido por maquinaria de obra, la eliminaci&oacute;n de &aacute;rboles y la congesti&oacute;n vehicular se suman a un fen&oacute;meno que agrava la situaci&oacute;n social: la&nbsp;<strong>especulaci&oacute;n inmobiliaria</strong>&nbsp;que empuja hacia fuera a los residentes hist&oacute;ricos del barrio.</p>
<p>&ldquo;Esto no es desarrollo. Es una&nbsp;<strong>avanzada de cemento</strong>&nbsp;que se impone sin consultar a quienes vivimos ac&aacute;&rdquo;, denuncia la agrupaci&oacute;n &ldquo;<strong>No a las Torres en Villa Urquiza</strong>&rdquo;, que impulsa campa&ntilde;as de concientizaci&oacute;n y ha presentado numerosos pedidos de audiencia p&uacute;blica ante la Comuna 12.</p>
<h3><strong>Desarrollo s&iacute;, pero con planificaci&oacute;n</strong></h3>
<p>El caso de &ldquo;La Siberia&rdquo; plantea un&nbsp;<strong>debate urgente</strong>: &iquest;c&oacute;mo compatibilizar el crecimiento urbano con la preservaci&oacute;n de la&nbsp;<strong>identidad barrial</strong>&nbsp;y el&nbsp;<strong>derecho a una ciudad habitable</strong>? Para los vecinos, la respuesta no pasa por frenar toda construcci&oacute;n, sino por establecer&nbsp;<strong>l&iacute;mites claros</strong>, garantizar la&nbsp;<strong>participaci&oacute;n ciudadana</strong>&nbsp;y exigir una&nbsp;<strong>planificaci&oacute;n integral</strong>&nbsp;que contemple los servicios, el espacio verde y el bienestar colectivo.</p>
<p>Mientras tanto, contin&uacute;an los&nbsp;<strong>reclamos</strong>. La Comuna recibe con frecuencia presentaciones de vecinos que piden frenar obras, exigir&nbsp;<strong>estudios de impacto ambiental</strong>&nbsp;y abrir instancias de di&aacute;logo. A&uacute;n as&iacute;, muchas veces las respuestas oficiales no llegan o resultan insuficientes.</p>
<p>&ldquo;Queremos una ciudad para vivir, no solo para invertir&rdquo;, concluye Marta, con la resignaci&oacute;n de quien ve c&oacute;mo su barrio se transforma sin su consentimiento.</p>








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